domingo, 3 de mayo de 2009

Memorias del ocio.


Cuando Renato se metio en clases de apreciacion literaria, penso segun el que podria pulir sus dotes de escritor frustrado, hace mucho tiempo tenia en mente escribir historias, de amor, de odio, o de lo que sea.


Siempre le gusto ser testigo mas que el ser el protagonistas de sus historias. La mayoria de cosas que escribia estaban inspiradas en confesiones de amigos borrachos atormentados por una mujer, por una traicion.


La mediocridad es un tema recurrente en sus escritos, le gusta jugar con los sentimientos mas repulsivos, los que todos prefieren ignorar.


Nunca creyo en los libros de autosuperacion , ya habia leido un par de esos y termino odiando a Napoleon Hill, a pesar de que su psicologo se lo recomendo con enfasis. Al final tambien termino aconsejandole que leyera un libro del que el era el autor, pero cuando lo leyo, se termino decepcionando del que era su consejero, penso que tenia una pesima redaccion, que podria tener un autoestima muy elevada y que no dudaba en que le habia ido bien en la vida, siguiendo esos libros de superacion, por cuales ahora dictaba seminarios de desarrollo personal , etc. Que ganaba muy bien aparte de mis 20 dolares por cita conmigo, y otros 20 aparte para mis padres, por que decia que el trabajo era conjunto. Que tenia una mujer muy guapa, a la que yo devoraba con los ojos y que tal vez debio darse cuenta aguna vez. Y que ademas su vida lucia totalmente envidiable, tanto como para llegar al borde el odio, pero que despues de todo esa marea de dichas. No todo era perfeccion y autosuperacion. Que podra tener la llave del exito pero no tenia una puta idea de hacer algo con la pluma.

La forma en tratar el tema, su enfoque, no entendia muchas de sus ideas, era un libro de relaciones personales para con los clientes, tipico de Og mandino, lleno de pastillas para la moral con frases como "mientras mas miremos hacia atras,menos podemos ver hacia delante".
Continuara...

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